lunes, 19 de octubre de 2009

Movimiento okupa.
El movimiento okupa es un movimiento social consistente en apropiarse de terrenos desocupados, como edificios abandonados temporal o permanentemente, con el fin de utilizarlos como tierras de cultivo, vivienda o lugar de reunión. El principal motivo es denunciar y al mismo tiempo responder a las dificultades económicas que los activistas consideran que existen para hacer efectivo el derecho a una vivienda.
El movimiento okupa agrupa gran variedad de ideologías -en ocasiones, asociadas a una determinada tribu urbana que suelen justificar sus acciones como un gesto de protesta política frente a las dificultades económicas para acceder a una vivienda y la especulación, defendiendo el aprovechamiento de espacios abandonados y su uso semipúblico como centros sociales o culturales. Los propietarios legales del terreno, cuyos bienes resultan usurpados siendo esta actividad una invasión a su derecho de propiedad, pueden denunciarla como un delito ordinario. La legislación relativa a okupación de espacios varía mucho de uno a otro país; en Holanda, por ejemplo, sólo recientemente se ha propuesto penar las okupaciones de edificios o solares. Existen países donde puede haber una legislación que tolere condicionadamente la ocupación, o donde existen concesiones temporales por parte de los propietarios a cambio del mantenimiento o alquiler del inmueble.
El término okupa
Okupa y sus derivados procede de la palabra ocupación. La ocupación de viviendas abandonadas ha existido siempre, y en España conoció un gran auge durante los años 1960 y 70, como forma de dar salida a la gran demanda generada por la afluencia de población del campo a las ciudades. También, diversas concepciones políticas insisten e influyen en la toma de tierras, medios de producción y viviendas para la construcción de su ideario social.
La okupación surge a mediados de los 80 a imagen y semejanza de los squatters ingleses. Tras varios titubeos con la denominación (pues no existía en castellano ninguna palabra para nombrar la ocupación con motivos subculturales de viviendas, edificios deshabitados y locales). La diferencia entre ocupar y okupar reside en el carácter político de esta última acción, en la que la toma de un edificio abandonado no es sólo un fin sino también un medio para denunciar las dificultades de acceso a una vivienda .
La palabra okupa y sus derivados han sido popularizados por la prensa de modo que ha llegado a ser reconocida académicamente y es de uso corriente, tanto en la lengua coloquial como en los medios de comunicación, así como también en los diccionarios bilingües como equivalente español del inglés squat. Se utiliza tanto en castellano como en catalán, euskera, gallego y otras lenguas ibéricas. Sin embargo, en su acepción popularizada por la prensa ha venido utilizándose para designar a cualquiera que se instale en una vivienda abandonada, tenga esta acción carácter político o no. El término okupa puede designar también el lugar okupado. La Real Academia Española incorporará la palabra "okupa" en la próxima edición de su diccionario: La Real Academia Española incorporará en su diccionario la palabra "okupa".
En cuanto a la expresión "movimiento okupa" para determinar al movimiento sociocultural que orbita alrededor de la okupaciones es también un término que ha tenido una acogida desigual. Hay quienes afirman tajantemente que no existe tal movimiento sino una multiplicidad de procesos de okupación no necesariamente relacionados. Otros prefieren el plural movimiento de okupaciones, o movimiento de los centros sociales para aquellos que consideran que es el centro social lo que da identidad al movimiento. La palabra okupa referida a personas se ha venido usando en estos últimos años referida a la tribu urbana que utiliza casas abandonadas para vivir, independientemente de su motivación para hacerlo
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Motivaciones
Existen diversos motivos por los que se suele realizar una okupación, aunque generalmente se debe a alguno de los siguientes:
Búsqueda de una vivienda
En algunos casos se trata de familias, grupos de personas o individuos que buscan un lugar donde poder vivir y no pueden o no quieren pagar un alquiler ni una hipoteca. Se trata de un movimiento social que reivindica el derecho a una vivienda, aun a costa de los bienes de otras personas. Generalmente los partidarios de la okupación suelen justificar esto argumentando que los inmuebles okupados están abandonados o son usados únicamente para especular.Por otra parte, la presión ejercida por las autoridades hace que al poblamiento okupa le sea inherente cierta precariedad, que a su vez dinamiza el movimiento e intensifica sus acciones de protesta.
Realización de actividades y propagación de ideas políticas
Existen numerosos casos de okupaciones promovidas por gente que busca crear alternativas culturales y asociativas en los barrios en los que viven, a través de los llamados centros sociales ocupados. Para ello utilizan los espacios okupados de forma autogestionada realizando en ellos diversas actividades políticas, culturales o de cualquier otra índole. La okupación es utilizada de este modo como un instrumento para conseguir un objetivo: la transformación de la sociedad. Algunos están vinculados ideológicamente a movimientos como el comunismo o el anarquismo. No se puede hablar de homogeneidad del movimiento pues hay divergencia de medios y objetivos en cada centro social. La propia naturaleza heterogénea del movimiento dificulta su identificación con un grupo social determinado, aunque sus ideas suelen ser cercanas a pensamientos de izquierda. Los centros sociales mantienen entre sí una comunicación fluida, aprovechando las nuevas tecnologías para informar sobre sus convocatorias. Sin embargo, sólo ocasionalmente participan en actividades comunes, como movilizaciones de protesta. Por lo general, un centro social responde al contexto específico del entorno en el que se encuentra, lo que determinará la índole de sus actividades.
En los centros sociales se realizan o coordinan diversas actividades sociales, que suelen ser de acceso gratuito: charlas sobre diferentes temáticas (agricultura tradicional, conceptos políticos o concienciación ciudadana), teatro, clases de baile, talleres diversos, comedores vegetarianos, excursiones al campo, conciertos, recitales poéticos, servicio de biblioteca, clases de castellano para inmigrantes, reuniones de grupos políticos, ecologistas, artísticos o anticarcelarios.

Aspectos legales de la okupación en España
Hasta la promulgación de un nuevo código penal a finales de 1996 no existía en España una figura legal que penalizase específicamente la ocupación de lugares abandonados. Ésta, de hecho, había gozado de cierta tolerancia en las décadas anteriores como modo de resolver parcialmente el problema generado por la afluencia de gente del campo a las ciudades. En los primeros años de la democracia fueron legalizadas miles de ocupaciones ilegales de viviendas de propiedad estatal.
Hasta 1996 la figura legal a la que se recurría era a la de la falta de coacciones: el propietario de la casa okupada denunciaba a los inquilinos ilegales aduciendo que le impedían utilizar su propiedad, lo cual constituía una coacción. Se abría entonces un proceso judicial civil (no penal), generalmente largo, que solía acabar con una orden de desalojo de la casa okupada.Hubo sin embargo numerosas excepciones: en ocasiones los jueces daban la razón a los okupas. Los factores considerados eran los años de abandono del edificio, el estado del mismo y, en general, cualquier indicio que permitiera suponer ausencia de "función social" de la propiedad. En ocasiones este tipo de sentencias eran dictadas por tribunales superiores cuando los edificios en litigio ya habían sido desalojados por orden de los tribunales de primera instancia.
Aunque la mayoría de los casos acababan en desalojo, la lentitud del proceso civil daba expectativas de cierta duración de la okupación. Ello, unido al rápido incremento del precio de la vivienda, hizo que las okupaciones crecieran exponencialmente en los años 90. El nuevo código penal aprobado en 1996 pretendía restringir las mismas, tipificándolas como delito de usurpación. La consideración de delito aceleraba considerablemente el proceso de desalojo, permitiendo además que éste se produjera por sorpresa, es decir, sin previa notificación a los ocupantes ilegales. Sin embargo, los juzgados solían considerar zanjada la cuestión con el desalojo de la propiedad ocupada, archivando la causa a continuación. Es decir, que casi nunca se han dictado las condenas previstas legalmente por el delito de usurpación, lo que ha generado una sensación de excesiva permisividad en algunos propietarios y poderes públicos locales. Por ello, a veces se ha recurrido a interponer denuncias no por usurpación sino por delitos más graves como desórdenes públicos, allanamiento de morada o robo. Dichas denuncias tampoco han entrañado condenas, por no haberse podido demostrar, pero sí tienen un efecto punitivo en la medida en que obligan a los acusados a hacerse cargo de un proceso judicial duro y a menudo costoso.
Las escasas condenas relacionadas con la okupación han sido las derivadas de denuncias por casos de resistencia a la autoridad durante los desalojos.
En algunos casos, los llamados centros sociales han intentado legalizar su situación iniciando un diálogo con las instituciones, a imagen de las negociaciones que se han dado en otros países europeos donde lugares inicialmente okupados han acabado por ser cedidos bajo fórmulas de alquiler bajo o incluso declarados de interés social o cultural. Este tipo de diálogos han encontrado interlocutores interesados en las instituciones, pero por lo general no han dado fruto, salvo parcialmente en casos como el de la Eskalera Karakola, Centro social Seco, y la escuela de La Prospe. También es cierto que otros centros okupados se oponen a negociar con las instituciones, pues consideran que esto crearía dependencia y/o aceptación de estas.En la ciudad de Barcelona, la okupación ha logrado ganarse una considerable simpatía,[] implicando activamente a las gentes de los barrios en sus actividades y defensa de los espacios, manteniendo además una red de centros sociales y casas okupadas coordinadas entre sí que ha servido de modelo para otros lugares.
http://www.patrulleros.com/articulos/63/1884-el-fenomeno-okupa-desde-la-perspectiva-del-derecho-penal.html

domingo, 18 de octubre de 2009

PRACTICA: FICHA DE PROCEDIMIENTO DE INCAPACIDAD

1. Será competente el Juez de Primera Instancia del lugar que resida la persona a la que se refiera la declaración que se solicite ( art.756 de la LEC)


2. Podrán promoverla el presunto incapaz, el cónyuge o quien se encuentre en situación de hecho similar, El Ministerio Fiscal a falta de estos o de su solicitud, y cualquier persona que ponga en conocimiento del Ministerio Fiscal los hechos.(art.757 de la LEC)

3. El presunto incapaz puede comparecer con su propia defensa, sino será defendido por el Ministerio Fiscal, siempre que este no haya sido el promotor.(art. 758)

4. Los medios de prueba de que se podrá hacer uso en juicio son:
Interrogatorio de las partes.
Documentos públicos.
Documentos privados.
Dictamen de peritos.
Reconocimiento judicial.
Interrogatorio de testigos.


5. La Sentencia graduara la extensión de la incapacidad., los limites de esta, así como la tutela o necesidad de internamiento.(art.760 LEC)

6. Si la sentencia fuera apelada, se ordenará la práctica de nuevas pruebas.

7. Sobrevenidas nuevas circunstancias puede instarse un nuevo proceso que pueda anular o modificar el alcance de la incapacitación

martes, 13 de octubre de 2009

FICHA DE PROCEDIMIENTO GENERAL

1º DEMANDA. El procedimiento se inicia mediante demanda en la que deben indicarse claramente las partes que intervienen, los hechos y los fundamentos legales en los que quien inicia el procedimiento (demandante) basa su pretensión.
La intervención de abogado y procurador es obligatoria por lo que en la demanda también deberán indicarse sus nombres.

2º AUTO. El juzgado emitirá una resolución, por la que declarará la admisión de la demanda y procederá a su notificación a la otra parte para que la conteste, en un plazo de 20 días.

3º ACTO DE COCILIACIÓN. Una vez contestada, el juez citará a las partes a una comparecencia, a la que deberán acudir acompañadas de letrado, y tratará de que lleguen a un acuerdo.
En el caso de que este acuerdo no se alcance, en esta comparecencia las partes realizarán la proposición de prueba.

4º JUICIO ORAL

5º SENTENCIA deberá pronunciarse sobre las pretensiones que han sido ejercitadas por cada una de las partes.
6º RECURSO contra la misma en el plazo de 5 días desde su notificación.

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